Beber tres cafés al día: atención, esto es lo que pasa con el colesterol y la glucemia

El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo. Para muchos, representa un ritual diario irrenunciable, una fuente de energía y concentración. Pero, ¿te has preguntado alguna vez qué sucede realmente en tu organismo cuando tomas tres cafés al día? Más allá del sabor y el efecto estimulante, el café tiene un impacto directo sobre parámetros clave de la salud como el colesterol y la glucemia. En este artículo te explicamos por qué deberías prestar atención si consumes esta cantidad cada día, y cuáles son las consecuencias científicamente comprobadas que podría tener en tu cuerpo.

Ti potrebbe interessare:

Café y salud: una relación compleja

Durante años, el café ha sido objeto de debate en la comunidad científica. Algunos estudios lo elogian por sus antioxidantes, mientras que otros alertan sobre sus posibles efectos negativos en personas sensibles. La realidad es que el café no es ni completamente bueno ni completamente malo: todo depende de la cantidad, el tipo de café, el momento del día en que se consume y las condiciones de salud individuales.

Consumir tres tazas de café al día no es un hábito necesariamente perjudicial, pero tampoco es inocuo. A esta cantidad se le asocia una serie de efectos que merece la pena conocer, sobre todo si tienes predisposición a problemas metabólicos como el colesterol alto o la resistencia a la insulina.

El impacto del café sobre el colesterol

Uno de los aspectos más estudiados es la relación entre el café y el colesterol LDL, también conocido como “colesterol malo”. La clave aquí está en cómo se prepara el café. Las investigaciones han demostrado que el café sin filtrar, como el café turco o el espresso, contiene diterpenos, compuestos que pueden aumentar los niveles de colesterol LDL en sangre.

Estos compuestos no se eliminan completamente durante la preparación y, al consumir tres tazas al día, podrías estar acumulando una cantidad significativa. Aunque el aumento de colesterol no es dramático en todos los casos, en personas con tendencia a la hipercolesterolemia puede marcar una diferencia. Por el contrario, el café filtrado, como el que se prepara con una cafetera de goteo, contiene muchos menos diterpenos y, por lo tanto, tiene un menor impacto sobre el colesterol.

Efectos sobre la glucemia y la insulina

El café también influye en cómo el cuerpo maneja la glucosa. Algunas investigaciones sugieren que el consumo moderado de café puede mejorar la sensibilidad a la insulina a largo plazo, lo que es positivo para la prevención de la diabetes tipo 2. Sin embargo, este efecto beneficioso depende de varios factores, como la genética, la dieta y el estilo de vida general.

Beber tres cafés al día puede aumentar temporalmente los niveles de glucosa en sangre justo después del consumo, debido a la estimulación del sistema nervioso y la liberación de adrenalina. Esta respuesta es especialmente relevante si el café se acompaña de azúcar o leche entera, lo cual puede amplificar el efecto glucémico. En personas que ya tienen problemas de control glucémico, este aumento puede ser más marcado y contraproducente.

Otros efectos a tener en cuenta

Además de su impacto sobre el colesterol y la glucemia, el café puede influir en otros aspectos de la salud. Por ejemplo, su alto contenido en cafeína puede generar nerviosismo, insomnio y aumento de la presión arterial en personas sensibles. Estos efectos suelen aparecer especialmente si se toma café por la tarde o en cantidades excesivas.

Por otro lado, hay quienes experimentan molestias gastrointestinales como acidez o irritación estomacal, sobre todo si lo consumen en ayunas. La cafeína también puede aumentar la excreción de calcio, lo que a largo plazo podría afectar la salud ósea si no se compensa con una dieta rica en este mineral.

Cómo tomar café sin riesgos

Para disfrutar de los beneficios del café sin comprometer la salud, es importante tomar algunas precauciones:

  • Prefiere café filtrado, para reducir el impacto sobre el colesterol.
  • Evita añadir azúcar o leche entera, especialmente si tienes problemas de glucemia.
  • No lo tomes en ayunas, para evitar irritaciones gástricas.
  • Limita el consumo por la tarde o noche, para no afectar el sueño.
  • Escucha tu cuerpo: si notas efectos negativos, reduce la cantidad o cambia el tipo de preparación.

Conclusión

Tomar tres cafés al día puede ser parte de una rutina saludable, pero no está exento de efectos colaterales. Prestar atención a cómo reacciona tu cuerpo, y adaptar tu consumo a tus necesidades personales, es fundamental para evitar consecuencias no deseadas. Si tienes colesterol alto o problemas de glucemia, conviene consultar con un profesional de la salud para decidir si esta cantidad es adecuada para ti.

¿Y tú? ¿Cuántos cafés tomas al día y cómo te hacen sentir? ¡Comparte tu experiencia y descubre si necesitas cambiar tu hábito!

Deja un comentario